- Sé cuidadosa con la limpieza y el orden. Mantén la casa en
buen estado, libre de objetos rotos, papeles u objetos inútiles. Ventila cada
día y haz que huela bien con esencias naturales o incienso.
- Evita las fotografías agresivas y todo aquello que dé una
sensación frialdad, aislamiento o tristeza.
- Cuida los detalles. Rodéate de cosas bonitas y agradables
para ti y para los demás, y eso se notará en la energía de tu casa: quienes
vengan de vista se sentirán bien.
- Recuerda que menos es más, también en decoración.
En el dormitorio
- Coloca la cama y pon dos mesillas a cada lado. No la
pongas en un rincón y con sola mesilla, como si se tratara del dormitorio de una
sola persona.
- Pon dos almohadas. La norma es: dos de todo.
- Compra ropa de cama sensual y agradable al tacto, de
algodón de calidad.
- Los colores de la ropa de cama y de las paredes deben ser
alegres (rosa, naranja) o bien suaves (azul claro, pastel). Combínalos de modo
que resulten armoniosos y relajantes, pero sin que tu cuarto parezca un
catálogo de decoración (demasiado perfecto).
- Si te lo puedes permitir, tira la ropa de cama que te
recuerda a relaciones pasadas que no te traen buen recuerdo. Incluso, cambia el
colchón y la estructura de la cama.
- No abarrotes el armario con tu ropa. Deja sitio para la de
alguien más.
En la cocina
- Una norma sencilla, pero importante: Nunca compres platos,
cubiertos o copas para uno. Como mínimo, debes tener dos de cada.
En el cuarto de baño
- Deja sitio para sus cosas. Si estás soltera, compra un
cepillo de dientes y alguna crema y desodorante para el sexo opuesto
En el sala
- Quita las fotos de tus ex. Si te da pena desprenderte de
ellas, guárdalas en una caja de difícil acceso.
- Deshazte también de los regalos de bodas o relaciones
pasadas, de los cuadros que muestren personas tristes o solitarias y de
cualquier objeto que te resulte feo, pesado o incómodo.
- Procura que el sofá sea cómodo y acogedor, y que en la
habitación haya espacio para las visitas.